EN EL MISMO BOTE: HISTORIAS DE LA CRISIS CLIMÁTICA — 7/21/22

Una vez más, el clima extremo fue demasiado para las redes eléctricas en Texas. Como residente de la estrella solitaria, tristemente estoy inmersa en un ciclo demasiado familiar: llega el verano y con él, las olas de calor intensificadas por el cambio climático. A pesar de las promesas vacías a lo largo del año, las plantas de ERCOT alimentadas por combustibles fósiles continúan siendo incapaces de proporcionar un servicio fiable. Su fracaso nos obliga a poner en peligro a nuestras familias, al subir la temperatura de nuestros termostatos en medio de temperaturas abrasadoras e insalubres y a pesar de esto, el riesgo de apagones continuos es más alto que nunca.

¿Por qué sucede esto? Demasiados legisladores de Texas continúan respondiendo a los deseos de las grandes petroleras, en lugar de honrarnos con sus juramentos. Al proteger y fomentar una economía basada en combustibles fósiles para su beneficio personal, estos legisladores están fallando a todas las familias en nuestro estado y el país entero. Es aún peor para las familias de color como los latinos, quienes llevan una carga desproporcionada cuando se trata del clima extremo y la crisis climática.

Hoy en día, Texas es el hogar de nueve de las ciudades más calientes en los Estados Unidos, y la mayoría de las áreas latinas como El Paso y McAllen están en los primeros lugares de la lista. En el oeste, los latinos tienen un 21% más probabilidades que los blancos no hispanos de vivir en islas urbanas de calor, lo que los hace más vulnerables a las olas de calor extremas, más frecuentes en la región.

El calor extremo es históricamente la principal causa de muerte relacionada con el clima  en el país, pero muchos latinos se ven obligados a enfrentar estas condiciones mortales sin protección para poner comida sobre la mesa. A nivel nacional, los trabajadores agrícolas tienen 35 veces más posibilidades de fallecer por enfermedades relacionadas con el calor que otros trabajadores. En Texas, 1,731,289 trabajadores al aire libre se identifican como hispanos o latinos, y en todo el país el 75% de los trabajadores agrícolas son latinos.

A pesar de esto, los legisladores texanos no han hecho ningún esfuerzo para modernizar la infraestructura de la red eléctrica, a pesar de las encuestas que muestran que es el principal problema político para los votantes de Texas. En lugar de actuar para proteger a nuestras familias, el gobernador Abbott y los republicanos en la cámara baja estatal están transfiriendo la responsabilidad financiera de los apagones a las familias de Texas.

Pero el problema no para aquí, porque los tentáculos de las grandes petroleras tienen un gran alcance. En Washington, la semana pasada el Senador Manchin solidificó su compromiso con la industria rompiendo su juramento al pueblo estadounidense y anunciando su negativa de apoyar un proyecto de ley sobre el clima. Al hacerlo, condenó a todos a un planeta disfuncional, en particular a nuestras comunidades más vulnerables. Manchin, quien ha tomado más dinero de la industria petrolera y de gas que cualquier otro miembro en el último año, ha obstaculizado enormemente nuestra lucha contra el cambio climático.

Como texana, estoy cansada de vivir bajo la tiranía de las grandes petroleras. Estoy cansada de depender de una red eléctrica poco fiable. Estoy cansada de no saber si mañana toda la comida en mi congelador se echará a perder debido a un apagón. Estoy cansada de ir a la cama preocupada por mantener a mis hijos seguros en estas temperaturas de tres dígitos. Estoy cansada de la incertidumbre.

Sin embargo, esta frustración es lo que alimenta mi impulso y creo firmemente que no todo está perdido. La Administración Biden ha estado trabajando para abordar estos problemas, anunciando un programa de subvenciones de $2.3 mil millones diseñado para fortalecer y modernizar la red eléctrica de Estados Unidos contra incendios forestales, clima extremo y otros desastres naturales e invertir en energías renovables, vitales para facilitar nuestra transición a un futuro de energía limpia. Esta transición ya está sucediendo y está demostrando que funciona. Durante la última ola de calor, la energía solar fue de gran ayuda para hacer que la red sea más confiable.

Sé que no estoy sola en mi cansancio, pero si todos nos damos cuenta del potencial que tenemos para apoyar esta lucha contra el cambio climático votando para sacar a aquellos que defienden los combustibles fósiles y eligiendo a campeones climáticos, sé que de una vez por todas, podremos enfrentarnos a la avaricia de las grandes petroleras y asegurar un futuro limpio para nuestros hijos y nietos.