EN EL MISMO BOTE: HISTORIAS DE LA CRISIS CLIMÁTICA — 9/14/22

Pocas veces en Washington llega el momento de celebrar una legislación histórica y transformadora, pero este martes pasado la excepción se dio cita en la capital del país, donde cientos de activistas climáticos, líderes políticos y empresariales se reunieron para festejar la Ley para Reducir la Inflación.

Esta ley representa el avance más significativo para luchar contra el cambio climático de este siglo. No sólo porque implica una reducción de las emisiones en un 40%, lo que salvará vidas y mejorará el bienestar de las familias a lo largo del país, sino también porque veremos su impacto en las calles, en nuestro hogares, colegios y negocios. Habrá un antes y un después de la Ley para Reducir la Inflación.

Esta ley permitirá una enorme expansión de la energía limpia. Cientos de millones de paneles solares, turbinas de viento y con ellos más de 1.5 millones de empleos. Cuando hablamos de nuestras casas y negocios, tendremos apoyo para invertir en cambios significativos que disminuirán nuestro consumo de energía, entre ellos $14,000 en reembolsos para mejoras de energía en el hogar, incluidos hasta $8,000 para una bomba de calor, hasta $1,750 para un calentador de agua eléctrico y hasta $840 para una estufa eléctrica.

Los hogares podrán ahorrar hasta un 30% con créditos fiscales para proyectos de construcción de viviendas en ventanas, puertas, aislamiento u otras medidas de climatización que eviten que la energía se escape de los hogares. Se estima que los cambios que traerá esta ley permitirán a las familias ahorrar más de $1000 dólares anuales en gastos de energía.

La Ley para Reducir la Inflación es el primer paso en nuestro camino hacia una economía más verde, donde el crecimiento se ancla en el bienestar de todos y no sólo de unos pocos. Han pasado ya más de dos años desde que un candidato llamado Joe Biden hablaba frente a las cámaras sobre la crisis climática, los cielos anaranjados y la necesidad de actuar. Ese mismo Joe Biden no se quedó solo en palabras. La mayoría demócrata en el Congreso no se quedó sólo en los discursos. Escucharon y actuaron, a pesar de no contar con un solo voto republicano.

Ahora esta legislación hará la diferencia para millones de familias. Para aquellos que no pueden pagar las cuentas de luz, para aquellos que quieren respirar aire más limpio, para quienes necesitan empleos bien pagados. Para quienes aspiran a una economía más sólida y con oportunidades.

Esta ley es un primer gran paso para todo esto y mucho más. Si eso no es motivo para celebrar, entonces ¿Qué lo es? Esta semana celebramos, pero después de los abrazos y las felicitaciones todos quienes nos dimos cita en Washington sabemos que este no es el final del camino, sino la base de un nuevo principio.

Todavía queda mucho por hacer para proteger a nuestras comunidades de la contaminación tóxica de la industria del petróleo y gas. Todavía debemos seguir luchando para reducir aún más las emisiones y frenar el calentamiento global que está cambiando nuestro clima. Todavía hay que luchar para que los líderes que nos representan tengan el coraje de hacer más y avanzar la legislación climática.

Celebremos y trabajemos, porque todos estamos en el mismo bote. Tenemos un solo planeta que proteger por el bien de todos.