Líderes en Justicia Ambiental Exigen una Acción Climática Osada en 2020

Washington, D.C. — Ayer por la noche líderes climáticos y activistas hablaron sobre los impactos económicos y de salud que tiene la injusticia ambiental en las personas afroamericanas, de color e indígenas, y la necesidad de una acción climática osada durante un foro comunitario coauspiciado por Climate Power 2020 and NowThis.

El evento contó con la participación del senador de Nueva Jersey, Cory Booker, la congresista de Nuevo México, Deb Haaland, la co-coordinadora nacional para Environmental Justice Health Alliance, Michele Roberts, la fundadora, CEO y presidenta de Black Millennials for Flint, LaTricea Adams, la representante de Ironbound Community Corporation, María López-Núñez y la activista y eco-comunicadora y fundadora de Intersectional Environmentalist Program, Leah Thomas.

El evento fue moderado por Versha Sharma, corresponsal senior y directora editorial para NowThis.

Durante el evento, los panelistas conversaron sobre la interseccionalidad de la justicia climática y la justicia racial y cómo ninguna de las dos crisis puede ser abordada plenamente sin la otra.

“Como ha dejado claro 2020, estamos luchando por el futuro de nuestro planeta y nuestros derechos, razón por la cual la semana pasada propuse un proyecto de ley que limpiaría la contaminación que afecta desproporcionadamente a las comunidades estadounidenses de color y a familias de bajos ingresos”, dijo Booker. “Nuestras comunidades están sufriendo y están afligidas a medida que esta administración continúa fallándonos. Con los incendios forestales y los huracanes alcanzando una intensidad y una devastación sin precedentes y con Trump impulsando políticas ambientales que ponen a las familias minoritarias y de bajos ingresos en un mayor riesgo de pérdida y contaminación, los estadounidenses se están uniendo para decir ya basta. Necesitamos un liderazgo en cuanto al clima que priorice la seguridad de los afroamericanos, personas de color e indígenas y lo necesitamos ahora”.

“Las comunidades indígenas están familiarizadas con las consecuencias desastrosas de la injusticia ambiental. Nuestra gente ha batallado con la falta de una infraestructura adecuada, índices desproporcionados de contaminación y políticas que acallan nuestras voces injustamente”, dijo Haaland. “…La lucha contra el cambio climático se encuentra en una coyuntura crítica y necesitamos realzar las comunidades y voces indígenas, tomar acción para limpiar la contaminación en nuestro aire y en nuestras fuentes de agua, y asegurar que nuestro futuro climático esté protegido. La Ley de Limpieza de la Contaminación del Legado de Justicia Ambiental que propuse la semana pasada junto con el senador Booker será un paso esencial en nuestra lucha en contra de la contaminación discriminatoria”.

“Uno de los signos más evidentes de lo peligrosa que se ha vuelto la crisis climática es el alto índice de enfermedades y muertes que estamos viendo asociadas con los desastres climáticos y la contaminación”, dijo Roberts. “Y estamos viendo mucha investigación que ilustra cuán crítico se vuelve ese índice para personas de color que históricamente han estado más expuestas a la contaminación en sus vecindarios. Tenemos que poner fin a la existencia del “cinturón del cáncer” y la exacerbación del genocidio ambiental y unirnos en una voluntad moral y política para crear políticas y programas ambientales que protejan, mejoren y prioricen activamente el bienestar de las comunidades de color y de los pobres”.

“Flint es un ejemplo de lo nefastas que pueden ser las consecuencias de la injusticia ambiental. Flint, es predominantemente una ciudad de afroamericanos, ha enfrentado la realidad de una contaminación ambiental tóxica durante 6 años con agua insalubre que ha causado consecuencias a largo plazo”, dijo Adams. “Es reprobable que la administración Trump haya acallado las voces de las comunidades afroamericanas y latinas y haya debilitado las regulaciones vitales destinadas a minimizar la contaminación tóxica. ¿Cuántas comunidades más tienen que sufrir como Flint como resultado de las políticas injustas de nuestro país?”

“Estamos viendo evidencia de que la crisis climática está empeorando en todo nuestro entorno en 2020. Esto es especialmente cierto para las comunidades latinas, que frecuentemente cargan con la peor parte del daño económico y físico de las injusticias ambientales y los desastres climáticos. Ya es hora de que tomemos una acción climática significativa para asegurar que, a partir de ahora, las familias afroamericanas y morenas y otras comunidades marginadas estén protegidas de la contaminación ambiental injusta  y los desastres climáticos. Nuestro futuro depende de ello”, dijo López-Núñez.

“Mi generación está luchando por nuestro futuro climático ya que no sólo estamos escuchando sobre la crisis climática, la estamos viviendo. Nuestro país está en llamas, nuestras ciudades costeras están inundándose y nuestro presidente está ignorando todo esto. La gente afroamericana, de color e indígenas son los que más están sufriendo como resultado del racismo ambiental de esta administración”, dijo Thomas. “No podemos permitirnos que pase otro año más sin tomar una acción climática y debemos asegurarnos de que esa acción que tomemos, aborde activamente las injusticias ambientales que las comunidades de color sufren en mayor medida”.

El impacto de la crisis climática ha sido especialmente severo para las personas afroamericanas, de color  e indígenas que enfrentan una exposición desproporcionada a la contaminación y a los químicos tóxicos. Los científicos han advertido que la contaminación por hollín afecta desproporcionadamente a las comunidades de color y que puede causar cáncer, enfermedades cardíacas y asma, lo cual mata a niños afroamericanos a una tasa 10 veces mayor que a niños blancos.

Los estudios también han demostrado que las madres afroamericanas y sus bebés se ven impactados desproporcionadamente por la contaminación y el cambio climático. Un estudio relacionado con la Revista de la Asociación Médica Estadounidense, encontró que las mujeres afroamericanas tienen casi dos veces y media más probabilidades de tener hijos con un bajo peso al nacer que sus contrapartes blancas.