Boletín informativo: Nuevo estudio advierte sobre lluvias e inundaciones más frecuentes e intensas – 10/13/22

Esta semana, The Washington Post informó sobre un nuevo estudio que reveló que está lloviendo más fuerte en la mayor parte de Estados Unidos. El motor de esta intensidad es el cambio climático exacerbado por las emisiones dañinas de la  industria del gas y el petróleo.

Según el artículo, “el estudio confirma lo que los científicos atmosféricos llevan años advirtiendo: un mundo más cálido es, en general, un mundo más húmedo. Y a medida que las temperaturas globales sigan aumentando, se espera un aumento de las precipitaciones extremas”. Y al igual que muchos fenómenos meteorológicos extremos, las lluvias intensas también tienden a perjudicar de forma desproporcionada a las comunidades de color, como los latinos. El pasado mes de agosto, Dallas-Fort Worth, que cuenta con un 42,2% de latinos, vivió durante meses una sequía implacable, la peor en la historia del estado desde 2011. Esto fue hasta un domingo cualquiera en el que las tormentas eléctricas azotaron la zona y dejaron caer cantidades masivas de lluvia en el lapso de 18 horas, inundando calles y hogares. Un ejemplo más de que el clima extremo es nuestra nueva realidad.

Este no fue un evento aislado. Este verano, muchas de las grandes áreas metropolitanas se vieron afectadas por fuertes aguaceros. Durante cinco semanas entre julio y agosto, se produjeron cinco eventos de lluvia que se ven cada 1.000 años en todo el país. A los latinos les resulta difícil prepararse para los fenómenos meteorológicos extremos, ya que suponen una carga monetaria adicional para muchas familias trabajadoras. Y tanto si se les avisa como si la catástrofe ocurre de la nada, sus casas quedan destrozadas y sus vidas desarraigadas. Los latinos tienen más dificultades para reconstruir y recuperarse de los fenómenos meteorológicos extremos, ya que la ayuda suele tardar en llegar, como hemos visto en los esfuerzos de recuperación del huracán Harvey en Houston, el huracán María en Puerto Rico y el último huracán Ian en Florida.

Este verano los demócratas presentaron una importante legislación para ayudar a abordar el cambio climático: la Ley de Reducción de la Inflación. Esta legislación histórica contiene muchas provisiones para abordar el cambio climático y frenar los devastadores fenómenos meteorológicos extremos, incluyendo una inversión de 3.300 millones de dólares para el trabajo de la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA) para construir una Nación preparada para el cambio climático:

Además, la Ley de Inversión en Infraestructuras y Empleos, firmada por el Presidente Biden el año pasado, contiene también importantes inversiones para hacer frente a las inundaciones, que son la catástrofe más costosa del país. La ley incluye:

Mientras que algunas partes del país sufren una sequía histórica, otras registran precipitaciones mucho más intensas en los días en que llueve. Estas partes del país se enfrentan al riesgo de inundaciones y a sus devastadores efectos. El cambio climático está sucediendo y cabe esperar un aumento continuo de la intensidad de las precipitaciones. Todo ello mientras la industria del gas y el petróleo sigue emitiendo las emisiones nocivas que están agravando el cambio climático y enriqueciendo sus bolsillos.  Con las elecciones de mitad de término acercándose, los latinos necesitan ejercer su poder, su voto, para elegir campeones del clima que den prioridad a las vidas por encima de las ganancias monetarias de los directores ejecutivos del gas y el petróleo.