Más de 60.000 millones de dólares en daños y 418 muertos: Un nuevo informe destaca las consecuencias del cambio climático en 2024
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El informe Estado de la crisis climática 2024 resume un año de catástrofes meteorológicas provocadas por el cambio climático y destaca su impacto en la comunidad latina.
WASHINGTON — Climate Power ha publicado hoy su informe anual sobre el estado de la crisis climática, en el que resume el devastador balance de los desastres provocados por el clima en 2024 y su impacto en las comunidades latinas. El informe detalla un año marcado por condiciones meteorológicas extremas, como huracanes que batieron récords, olas de calor incesantes y sequías e incendios forestales. Estados Unidos experimentó 24 fenómenos meteorológicos extremos, cada uno de los cuales costó más de 1.000 millones de dólares, con daños totales superiores a 61.600 millones de dólares, cifra que excluye las evaluaciones pendientes de los huracanes Helene y Milton.
“Este informe muestra cuán mortal y costoso fue el cambio climático en 2024, especialmente para las comunidades más vulnerables, y pone de relieve la inmensa carga a la que nos enfrentamos”, dijo Antonieta Cádiz, Directora Ejecutiva Adjunta de Climate Power En Acción. “Mientras nos preparamos para otro año récord, estos datos sirven como un duro recordatorio de la necesidad urgente de más acción climática. Seguimos comprometidos con la protección de los avances logrados a través de la Ley de Reducción de la Inflación y la defensa de nuevas medidas para hacer frente al cambio climático, independientemente de quién ocupe la Casa Blanca”.
En 2024, 418 personas perdieron la vida por catástrofes directas relacionadas con el clima. La temporada de huracanes de este año fue una de las más activas que se recuerdan, con 18 tormentas con nombre. El verano de 2024 batió récords de calor, con más de 6.000 nuevas máximas registradas. Ciudades como Phoenix soportaron 113 días consecutivos de temperaturas superiores a los 38°C, mientras que casi todos los estados se enfrentaron a condiciones de sequía, alimentando incendios forestales que calcinaron más de 8,4 millones de acres de tierra. Este calor extremo tiene un impacto especialmente duro para los latinos, ya que muchos trabajan al aire libre y los trabajadores al aire libre son 35 veces más probables de morir de enfermedades relacionadas con el calor que la población general.
Catástrofes como el huracán Helene, destacadas en el informe, revelaron marcadas disparidades económicas, especialmente en lugares como el oeste de Carolina del Norte, donde las comunidades latinas se enfrentaron a una mayor vulnerabilidad a la destrucción. Casi 4 de cada 10 estadounidenses siguen viviendo en lugares con niveles insalubres de calidad del aire, y las personas de color tienen más del doble de probabilidades de vivir en lugares con una calidad del aire insatisfactoria.
El informe resume conclusiones anteriores que mostraban que a más de tres cuartas partes de los votantes latinos les preocupa que ellos o alguien de su familia se vea afectado por el cambio climático y la misma cantidad afirma que el clima extremo repercute en sus facturas de energía. Así, el 65% de los votantes latinos afirmaron que quieren un presidente que se ocupe del cambio climático y de las condiciones meteorológicas extremas. Está claro que para los latinos, como para todos los estadounidenses, el cambio climático no es un problema para el futuro, sino una crisis que estamos viviendo actualmente y que quieren que se tomen más medidas para afrontarla.